La buena suerte en la lotería

¿Te has preguntado alguna vez qué papel desafía la suerte en la Lotería? Siempre se ha considerado que el factor principal para ganar los grandes botes y premios de la Lotería es la buena suerte, ¿no es así?

Antes de entrar a valorar el factor suerte en la Lotería, vamos a analizar el origen del juego y en qué consiste.

¿Cómo funciona la lotería?

La Lotería de Navidad es el sorteo más admirado y popular en nuestro país, pero ¿cómo funciona exactamente el Sorteo de la Lotería de Navidad?

El sorteo de Navidad utiliza un funcionamiento que se remonta a la creación de la Lotería Nacional en 1763. Por ello se diferencia tanto de otros sorteos, más modernos, como son Euromillones, La Primitiva y Bonoloto.

En la Lotería de Navidad hay dos bombos: uno para los números y otro para los premios. Se introducen mecánicamente en el bombo de los números 100.000 bolas, cada una con una combinación de 5 números. Y en el segundo bombo de los premios, hay 1.807 bolas, que corresponden al número de premios concedidos en cada sorteo.

Se cierran los bombos y el presidente indica que comiencen a girar iniciándose así el sorteo. Mientras, un niño del Colegio de San Ildefonso extrae una bola del bombo de los números y otro niño se encarga de extraer una bola del bombo de los premios. Ambos “ cantan” a viva voz los resultados y se dirigen a la mesa de la junta que preside el sorteo, donde las ensartan en los alambres que componen las tablas.

Cada tabla incluye 200 bolas (100 de números y 100 de premios). Este proceso se repite hasta que no queda ninguna bola en el bombo de los premios, es decir, 1.807 veces. En cada extracción se canta un premio, con la incertidumbre y misterio de si saldrá El Gordo antes o después.

Durante las, aproximadamente, 4 horas y media que dura el sorteo, millones de personas sueñan con que sus números sean los acertados y así ser los afortunados de tener buena suerte.

¿Existe el factor suerte en la lotería?

El concepto de “la buena suerte” en general tiene un gran impacto en múltiples eventos, pero apegarse únicamente a la suerte como justificación de ganar o perder, quizá resulte más una limitación y una renuncia a otros enfoques . Lo cierto es, que cuando una persona compra un boleto para cualquier sorteo de Lotería, sin duda se está esforzando más que alguien que ni siquiera lo intenta.

¿Cómo hago para tener buena suerte en la Lotería?

Podríamos echar un vistazo y tener en cuenta los números más premiados de la Lotería de Navidad a lo largo de la historia. Lo cierto es que cada año se colocan en un bombo un montón de números, pero los resultados demuestran que algunos de ellos se repiten: Uno de los números más premiados es la terminación 5, que ha sido ganadora en 32 ocasiones. Pero no solo eso, sino que en un análisis de todos los sorteos, hasta en 106 ocasiones, el Gordo de la Lotería de Navidad ha terminado en un número par.

Los números 4 y 6 han sido también de los más premiados, hasta en 27 ocasiones cada uno. El premio Gordo ha recaído en 73 veces sobre un número comprendido entre el 10.001 y el 30.000.

Puede que la suerte a veces tenga sus propios caprichos, pero el Gordo ha tocado hasta en cuatro ocasiones en números con tres cifras iguales: 25.444, 25.888, 35.999 y 55.666. ¿Y qué sucede con los números correlativos? En teoría se consideran con pocas posibilidades de salir premiados, sin embargo, ha ocurrido en dos ocasiones en lo que va de historia de la Lotería de Navidad:

• La cifra 13.093 en el año 1939.
• El número 13.094 en el año 1856.
• La cifra 53.452 en el año 1919.
• El número 53.453 en el año 1929.

Exista o no la suerte, debe provocarse en todos los ámbitos de nuestra vida.

Entonces, ¿cómo podemos atraer la buena suerte cuando hablamos de lotería?

Algunos sostienen la creencia de que existen formas comprobadas a través de las cuales puedes crear tu propia suerte. Ponerse en las situaciones correctas, acudir a un punto donde existen muchas posibilidades y donde están los premios, aprovechar las oportunidades.. sin duda son formas que van a aumentar nuestras probabilidades, nos demos cuenta o no, de que la suerte juegue a nuestro favor.

Comparto como curiosidad un caso que te llevará a pensar sobre las múltiples probabilidades. La historia de la americana Cynthia Stafford, que ganó 112 millones de dólares en la lotería nacional de Estados Unidos no te dejará indiferente.

Según cuenta ella misma, estuvo durante 4 meses visualizando que recibía el cheque de 112 millones de dólares en sus manos. Cada día se veía a sí misma en su imaginación poseyendo ese dinero y con ese nivel de vida como un sentimiento ya concedido. Escribió la cifra exacta en un papel y dormía con él debajo de la almohada, y a diario, repetía el proceso de forma disciplinada, ella misma dice que nunca dudó.

Antes de ganar la Lotería, Cynthia estaba al cuidado de sus 5 sobrinos, ya que un conductor borracho un año antes había matado a su hermano, y a punto de perder la casa donde vivía. Pasó de esta situación a ganar la lotería y crear su propia productora de vídeo Queen Nefertari Productions, y ella misma declaró: “Lo que sea que quieras en tu vida, tienes que verte a ti mismo ahí. Y eso es lo que hice. Ahora soy la misma persona que antes, solo que tengo los recursos para hacer lo que quiero hacer”.

Te invito a una última reflexión con el reto de Merlín:

Hace mucho tiempo, Merlín congregó a todos los caballeros del reino y les dijo: «He sabido que en el Bosque Encantado, en un plazo de siete noches, nacerá el Trébol Mágico. Es un trébol de cuatro hojas único, que proporcionará a quien lo posea una suerte ilimitada.» Los caballeros sabían que hallar un diminuto trébol en un bosque tan inmenso sería como buscar una aguja en un pajar y sin ninguna pista. Ante los rostros patidifusos de los caballeros, Merlín les preguntó: ¿Quién aceptará el reto de partir al Bosque Encantado en busca del Trébol Mágico?

En nuestro caso, ¿quién aceptará el reto de adentrarse en el juego de la lotería en busca y captura de su suerte?

Para que la Lotería te toque es necesario comprar décimos. La suerte es un factor complementario que tiene la capacidad de cambiar la situación a tu favor, pero tú eres el otro elemento.